sábado, 24 de diciembre de 2011

La farmacia rural



Nací y crecí en una farmacia rural, creo que  por eso la entiendo.


Mi padre y mi abuelo ejercieron su labor profesional en el medio rural del interior  de la provincia de Orense, y yo como todos los niños de los pueblos de aquella época, que pasábamos el día en la calle, entraba y salía de mi casa innumerables veces al día, pasando todas ellas por la farmacia, que casi siempre estaba abierta.


De aquella época de mi niñez, viene a mi memoria el olor de los medicamentos, como me gustaba ayudar a colocar los pedidos, y de como miraba y miraba las cajas de medicamentos, cada una con su color, con su forma, mirando esos nombres  que me resultaban casi ilegibles, preguntándome como los mayores serían capaces de saber para que servía cada una de aquellas cajitas.


 Pero también recuerdo la cantidad de consejos farmacéuticos y de salud, que tanto mi padre como mi abuelo, farmacéuticos rurales, daban a los pacientes que lo solicitaban ,y a los ojos de aquella niña... eso era lo normal.


Por eso quisiera destacar en especial la labor de la farmacia rural, porque hoy en día en la mayoría de los pueblos, es el farmacéutico el único profesional sanitario que queda accesible al usuario, disponible para el paciente, en especial para cuando éste más necesita de sus conocimientos.


Y ahí siempre está presente, el farmacéutico rural.


La gran accesibilidad de la farmacia rural se debe, desde mi punto de vista a su gran capilaridad, por toda la geografía española.


Y creo que es función de las diferentes administraciones y de los que representamos a la profesión defender ,apoyar y reconocer la figura de la farmacia y del farmacéutico rural, y de su gran labor en beneficio de la salud de los pacientes, figura que hoy en día en muchos casos está en riesgo, entre otras cosas por los retrasos o impagos de la factura de los medicamentos, que están o estamos sufriendo los farmacéuticos por parte de algunas Comunidades Autónomas.


 Ana Prieto Nieto.


Licenciada en Farmacia por la USC.


3 comentarios:

  1. ¡ Qué elegancia y qué sensibilidad ! en tu comentario y en tus evocaciones. En los tiempos dificiles que se avecinan para este sector, conviene que los farmaceuticos tengais voz clara y alta, para que no sigais atrapados entre una industria en aprietos y una administracion dispuesta a imponer lo posible y lo imposible.
    Desde mi perspectiva de medico en un Hospital, comparto 100% tu comentario.

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  2. Por desgracia creo que las Autoridades no conocen el papel que desempeña la farmacia rural; esa pequeña farmacia situada en los más insignificantes núcleos de población. Como bien dices, esos farmacéuticos suelen representar el único personal sanitario al que la población tiene acceso de forma continuada e incluso sin horario. Pienso que cuando realmente ese tipo de farmacia esté realmente protegido, la farmacia, en su conjunto tendrá viabilidad. Me ha gustado mucho el post; coincido en resaltar la elegancia y sensibilidad

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  3. El farmaceutico rural, que este joven no lo dice, quizás por modestia, es el médico suplente, el que te aconseja qué tomar cuando te duele la cabeza o te distes un golpe con el arado. El que te aconseja ir al especialista con ese bulto que no le gusta y que el médico dice que es un absceso sebáceo,. Tu confesor, el que te vendió los primeros anticonceptivos (cuando estaban prohibidos, que no hace tanto) o los primeros preservativos (cuando daba verguenza pedirlos con toda la cara). El farmaceutico rural era el practicante furtivo (ATS, para entendernos) cuando no había otro o el que había estaba der vacaciones. ¡Una institución, si señor.!

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